Bilingüismo y diglosia en México

La mayor parte de los hablantes de lenguas indígenas en México son bilingües. Esto es resultado de un largo proceso histórico en que sus lenguas fueron relegadas a los ámbitos de la vida comunitaria y doméstica.

Debido a ello, la mayor parte de los indígenas se vieron en la necesidad de aprender a comunicarse en español tanto con las autoridades como con los habitantes de las poblaciones mestizas, que se convirtieron en los centros neurálgicos de las redes comunitarias en que se veían integradas sus sociedades. A la declinación del número de monolingües entre los mexicanos hablantes de lenguas indígenas contribuyó también, como se ha señalado antes, la intensiva campaña educativa de corte castellanizante.

En la actualidad, existen comunidades lingüísticas donde menos del 10% de sus miembros hablan exclusivamente la lengua amerindia. Es el caso de la comunidad lingüística de los Chontales de Tabasco, que apenas presentan un 0,13% de monolingües del total. Les siguen los yaquis (0,33%) mazahuas (grupo étnico del estado de México, caracterizado por su temprana integración en la red económica de grandes ciudades como México, D.F. y Toluca), con 0,55% de monolingües; y los mayos de Sonora y Sinaloa, con 1,78%.

Las comunidades con la mayor cantidad de indígenas monolingües son también aquellas donde el analfabetismo es más elevado o cuyo territorio étnico tradicional se localiza en las regiones más marginadas de México. Tal es el caso de los amuzgos de Guerrero y Oaxaca, con 42% de monolingües y 62% de analfabetismo; los tzeltales y tzotziles de los Altos de Chiapas, con 36,4% y 31,5% de monolingües respectivamente; y los tlapanecos de la Montaña de Guerrero, con 31,5% de monolingüismo.