Normas

Constituyen reglas de conducta o preceptos que regulan la interacción de los individuos, así como entre éstos y las estructuras sociales. Desde luego, todas las ordenanzas legales deben quedar clasificadas aquí. Generalmente las normas conllevan una estructura de sanciones y recompensas para quienes las violen o las adopten, respectivamente. Dicha estructura tiene por objetivo propiciar el aprendizaje.

Es importante asegurar que un árbitro imparcial consideraría las acciones disciplinarias justas y por tanto dignas de ser apoyadas. Siguiendo algunos casos disciplinarios del pasado, a continuación se presentan normas importantes que los árbitros podrían buscar cuando deciden si hubo una “causa justa” para la acción disciplinaria:

La disciplina debe estar en conformidad con la manera en que la gerencia acostumbra responder a incidentes similares. En un caso, la norma de la empresa estableció que “salir de la planta sin permiso durante las horas de trabajo” hacían al trabajador objeto de despido inmediato. Un trabajador salió de la planta y por tanto fue despedido. Más tarde el árbitro descubrió que con frecuencia los empleados salían de la planta en horas de trabajo y se iban al centro para sus asuntos personales. En vista de que esta regla no se aplicaba de manera consistente, el árbitro determinó que el trabajador fue despedido injustamente. Se debe advertir al empleado de manera adecuada de las consecuencias de su supuesta mala conducta. Se debe informar de cualquier conducta indeseable que sea observada y las consecuencias que podrían resultar si el empleado decide no cambiar tal conducta.

La norma que se supone violada debe estar “razonablemente relacionada” con el funcionamiento eficiente y seguro del ambiente de trabajo en particular. En otras palabras, los árbitros suelen permitir a los empleados preguntar la razón que hay detrás de cualquier regla u orden.

La gerencia debe investigar el asunto de manera adecuada antes de aplicar el castigo. Más aún, la investigación debe ser justa y objetiva.

La investigación debe ofrecer suficiente evidencia de la mala conducta. Las reglas, órdenes o castigos aplicables se deben emplear de manera imparcial y sin discriminación.

El castigo debe estar razonablemente relacionado con la mala conducta y con los antecedentes del empleado. En otras palabras, se debe juzgar a cada empleado sobre las bases de sus antecedentes personales; sólo entonces se debe imponer el correctivo adecuado.”