Procedimientos de seguridad

Introducción

Otra técnica muy útil para la prevención de accidentes es la revisión y divulgación de los procedimientos de seguridad. Un procedimiento es un documento en donde se expresan los pasos secuenciales para efectuar una determinada tarea o actividad.

En realidad debemos considerar que cuando hablamos de procedimientos de seguridad pensamos en Nuevos procedimientos, adicionales a los que ya existen; sin embargo, no se trata de esto, sino que, por el contrario, lo que se pretende es simplificar las cosas lo más posible.

Todas las empresas cuentan con procedimientos de operación para cada una de las tareas que realizan, ya sea en la elaboración de un producto o en la prestación de un servicio. Sin embargo, la mayoría de las veces estos procedimientos se elaboran en forma tan específica que se concretan a presentar los pasos secuénciales de la operación, y no incluyen las medidas de seguridad que se deben adoptar en cada paso de proceso.

Esto significa que la tarea del departamento de seguridad es revisar dichos procedimientos y agregarles las medidas de seguridad que deben realizarse.

El procedimiento así elaborado, tiene una ventaja primordial: cuando se capacita a una persona en la ejecución de los pasos de su tarea, dicha capacitación incluye en forma automática las medidas de seguridad que debe conocer y aplicar.

Con esto, el concepto de seguridad se integra a su trabajo como algo rutinario, y en la mente del trabajador no se disocian sus actividades ni las medidas de seguridad. Además puede aprender esto desde un principio.

Para integrar los procedimientos con las medidas de seguridad se requiere del conocimiento técnico que tiene, por un lado, el personal que realiza las actividades y el supervisor de su área, y por otro, el conocimiento sobre seguridad que tienen los responsables del programa.

Aquí es donde se deben conjuntar ambos conocimientos para emitir un documento efectivo.

Pasos para la elaboración del procedimiento

1. Utilizar un formato el cual consta de tres columnas y un encabezado. En el encabezado se anotarán todos los datos generales sobre el procedimiento.
2. En la primera columna, titulada Pasos secuénciales de la operación, se anotarán en orden las actividades que ejecuta la persona para cumplir una operación y que generalmente son los que están documentados en los procedimientos de trabajo. Es importante que estos pasos se escriban en el mismo orden que están en el procedimiento original, para no interferir con la operación normal.

Una vez que se tiene completa la primera columna se procede a revisar paso por paso, y a determinar, de acuerdo al conocimiento que se tiene de dicha operación y al conocimiento de los peligros del área, cuáles son los peligros en cada paso de la operación.

En cada paso puede haber uno o varios peligros y es necesario identificarlos todos para no tener que rehacer el procedimiento. Hacerlo de manera correcta desde la primera vez nos evita un trabajo extra y también nos permite aplicar el procedimiento lo más pronto posible.

3. Es importante recordar que no debe omitirse ningún peligro por pequeño que parezca, aunque el mismo trabajador o el supervisor nos indiquen que «eso no puede suceder, porque en los años que llevo aquí nunca ha ocurrido».

4. Cada uno de los peligros, que corresponden a uno de los pasos del procedimiento, se anotarán en la columna central del formato, que tiene el título de Peligros de cada paso.

Una vez que se han anotado todos los peligros de todos los pasos, a continuación se escriben las medidas de seguridad para cada uno de los peligros. Esto significa que, en algunas ocasiones un solo peligro puede requerir de varias medidas de seguridad.

Capacitación en el trabajo

Cuando investigamos las causas de los accidentes nos encontramos con dos aspectos importantes: en una gran cantidad de ocasiones el trabajador desconocía los peligros de su actividad así como las medidas de seguridad.

Esto es notorio cuando analizamos las estadísticas de accidentes y observamos que la mayoría de ellos ocurre al personal de reciente ingreso en la empresa. ¿Qué es lo que está pasando entonces? Si tenemos programas de inducción, ¿es que no están funcionando? En realidad el problema se presenta por varias causas, pero al final, se resume en uno solo: el trabajador no ha tenido un entrenamiento suficiente para desempeñar su trabajo en forma eficiente.

Frecuentemente se piensa que es necesario mandar al trabajador a un aula para que sea capacitado. La realidad es otra. La capacitación de un trabajador es función de línea, es decir, cae bajo la responsabilidad directa de su jefe.

Hay muchas formas de capacitar a un trabajador. Algunas de ellas, como el entrenamiento formal en un salón de clase, son poco utilizadas, ya que la disponibilidad de la gente no siempre le permite asistir a cursos.

La forma más importante de capacitación es la llamada capacitación en el sitio, esto es, en su lugar de trabajo. Y el principal capacitador es el jefe.

En el caso de la inducción para el personal de nuevo ingreso, ésta es de dos tipos:

  • La inducción general, de la cual es responsable el área de recursos humanos, consiste, sobre todo, en presentarle al trabajador una visión de la empresa a la que acaba de ingresar, así como las instrucciones de todos los trámites administrativos que debe realizar.
  • El segundo tipo, y a la vez el más importante, es la inducción al puesto.
  • Ésta consiste en la explicación detallada de todo lo que debe realizar el trabajador, incluyendo los peligros del área, las medidas de seguridad y qué hacer en caso de un accidente o de un incidente.
  • Esta inducción la proporciona el jefe, y debe durar el tiempo necesario para asegurarse que el nuevo trabajador comprendió perfectamente todo lo relacionado con su trabajo.
  • De tal forma que, un nuevo trabajador debe ser supervisado estrechamente durante un tiempo más o menos largo, porque de otra forma, se puede accidentar como ocurre muchas veces.

El criterio de inducción al puesto se aplica al personal de reciente ingreso a la empresa, pero se aplica exactamente en la misma forma a aquel trabajador que ha sido transferido de puesto, y que, independientemente del tiempo que tiene dentro de la organización, en esa actividad es tan nuevo como el de recién ingreso. Muchos accidentes ocurren cuando el trabajador realiza una tarea diferente sin haber recibido una nueva y necesaria inducción al puesto.

Es vital que el jefe de cualquier nivel comprenda la importancia de capacitar a su personal en el trabajo que realiza.

A continuación presentamos algunas recomendaciones para capacitar de una manera adecuada al personal que tiene bajo su responsabilidad:

1. Adopte una actitud amable: Muchas veces el personal se siente intimidado por no saber y por el temor a un despido por este motivo. La actitud inicial de usted debe ser tal que le inspire confianza a la otra persona para que ella le ponga la suficiente atención y se atreva a preguntar sobre las dudas que le surjan.
2. Evalúe en forma adecuada a la persona: Recuerde que cada persona tiene alguna experiencia. Si usted determina Io que ya sabe la persona acerca de su trabajo, puede utilizar esto como punto de partida. Pero esto no debe hacerse como si eI subordinado estuviera presentando un examen.
3. Explique claramente las cosas: No debe dar por hecho que el subordinado entiende igual que usted.
Comunicación: un entrenamiento no es efectivo si el subordinado no comprendió, y si no comprendió es porque usted no supo explicarse. Pregunte con frecuencia y amabilidad si la persona ha comprendido lo que usted quiso decirle, y en caso negativo, vuelva a hacerlo.
4. Haga demostraciones de cómo hacerlo: En el caso de habilidades, es muy importante que el trabajador observe primero cómo se ejecuta la operación, y no que se quede únicamente con la explicación teórica.
5. Permita que el trabajador practique lo aprendido: En muchas ocasiones se le explica y demuestra al trabajador, pero posteriormente se le deja solo y no se verifica si es capaz de hacer bien las cosas.
6. Proporcione reforzamiento: Cuando el trabajador no haya ejecutado la tarea con la precisión necesaria, demuéstrele de nuevo cómo hacerlo, y verifique que lo haga bien. En caso necesario, repita la demostración las veces que sea necesario.
7. Anímelo a continuar: Cuando el trabajador no puede hacer las cosas como se debe, puede sentirse frustrado, e incluso temeroso de una reprimen-da o de una sanción. Esto hace que corneta más errores; por ello, su actitud debe ser la de animarlo para que lo vuelva a hacer, pero sin insultarlo ni agredirlo.
8. Recompénselo cuando haga bien las cosas: No se limite a corregir los errores del trabajador, también felicítelo cuando haga bien las cosas. Lo que más nos interesa como personas es saber que somos útiles, y esto nos hace revalorarnos. El reconocimiento por lo bien hecho es tan importante como corregir las deficiencias.
9. Dele toda la información adicional que necesite:   Una vez finalizado el entrenamiento, dé le las indicaciones complementarias, como por ejemplo: qué hacer si tiene una duda, cómo darse cuenta de que tiene un problema en su trabajo, quiénes le pueden ayudar, etcétera.
10. Supervise con frecuencia hasta asegurarse de que el trabajador lo haga correctamente:Cada cierto tiempo convierte darse una vuelta para verificar cómo lo está haciendo, y si necesita más Ayuda.
11. No olvide en cada paso incluir las medidas de seguridad: Explique claramente los peligros de la operación y los riesgos que pueden existir. Recuerde que el trabajador no conoce suficientemente la operación como para que deduzca por sí mismo todos los peligros.

Clasificación de incendios

  • Incendios Clase A. Son los que se producen en materiales normalmente combustibles, tales como papel y madera, y que pueden ser apagados por el efecto de una cantidad de agua o de alguna solución que contenga un buen porcentaje de agua.
  • Incendios Clase B. Son los que se producen en líquidos, grasas, o ceras inflamables, en los que el efecto que tienda a la supresión del oxígeno necesario para la combustión es esencial para su supresión.
  • Incendios Clase C. Son los que se producen en equipo eléctrico, en los que es de primera importancia el uso de un extinguidor no conductor de la electricidad.
  • Incendios Clase D. Incendios en los que intervienen metales combustibles como el magnesio, titanio, circonio, sodio, litio y potasio.

Clasificación de extinguidores de incendios

Con base en las clases de fuego antes descritas, determinadas por la Underwriters Laboratories, Inc. se han establecido clasificaciones para los extinguidores de incendios de mano. El uso pronto y correcto de los extinguidores de fuego ha detenido muchos fuegos incipientes.

Por lo tanto, es aconsejable contar con una brigada bien organizada y bien entrenada para combatir los fuegos, como primera línea de defensa. El entrenamiento mínimo deberá consistir en una plática y demostraciones en el aula acerca de los diferentes tipos de fuegos y los extinguidores adecuados para usar en cada caso.

Sin embargo, se prefiere que los miembros de la brigada contra incendios, y tantos otros empleados como resulte posible, tengan la posibilidad de ver complementadas sus conferencias y demostraciones con una práctica individual realizada con fuegos de verdad, en los que se apliquen los distintos extinguidores.

Los periodos de entrenamiento y demostración para las brigadas contra incendios deberán ser realizados en espacios abiertos, lejos de todos los edificios, y en donde la tierra esté apisonada y libre de hierbas o cenizas. Es una práctica aconsejable lograr la cooperación del departamento local contra incendios en estas sesiones de entrenamiento.

Procedimiento a seguir cuando se ha iniciado un incendio

Inmediatamente después de comprobar la existencia del fuego, todas las puertas contra incendios que lleven a la superficie en cuestión deberán ser cerradas, así como todas las ventanas. Se detendrán igualmente todos los sopladores, ventiladores y transportadores.

Deberá avisarse inmediatamente al departamento público contra incendios, a menos que resulte evidente que el equipo apagafuegos de primeros auxilios podrá controlar el fuego. Incluso en tal caso el personal deberá llamar al departamento público a la primera señal de cualquier duda en cuanto a la capacidad propia para dominar la situación.

La alarma contra incendios que ha de llamar a las brigadas contra incendios de la planta deberá ser puesta en acción para que aquélla entre inmediatamente en servicio. Los que combaten el fuego deberán mantener sus medios de salida claramente en su mente, colocándose entre el fuego y la salida, para evitar toda posibilidad de verse interceptados.

Por esta razón es necesario que el equipo contra fuego de primeros auxilios, particularmente las cubetas, esté colocadas de tal forma que los accesos para la salida estén libres cuando sea necesaria una rápida retirada.

Al situar las cubetas contra el fuego es aconsejable que se les localice en grupos situados sobre un estante, integrados por lo menos por cinco unidades, en lugar de usarlas aisladamente por toda la planta. El agrupar las cubetas reduce la posibilidad que se pierda tiempo buscando el lugar en donde pueda encontrarse la cubeta siguiente cuando una ya está en uso.

Los fuegos en lugares polvorientos necesitan para su extinción una técnica especial. Es necesario extinguir el fuego para que los depósitos de polvo no se vean perturbados, lo que daría lugar a una nube peligrosa de finas partículas, con la posibilidad que se produzca una explosión en el polvo.

Allí donde la posibilidad de las explosiones de polvo existan, los agentes extinguidores preferibles serán los de espuma, vapor, o neblina (agua rociada). Estos apagadores humedecerán el polvo sin agitarlo.

Cuando se trate de fuego en atmósferas polvorientas, deberá llamarse inmediatamente al departamento público de bomberos. En todos los casos, al iniciarse un fuego deberá retirarse con prontitud cualquier material combustible que se encuentre en las inmediaciones, humedeciéndolo a continuación. Después de haber apagado el fuego, todos los desperdicios deberán ser escrupulosamente humedecidos, para asegurarse que el fuego no volverá a surgir.

Si hay alguna duda acerca que tal cosa pueda ocurrir, una persona provista de un extinguidor deberá ser situada cerca del lugar; por lo menos durante varias horas.
Cuando estalla un incendio en un edificio adyacente, el edificio contiguo deberá ser protegido mediante:

(1) el cierre de todas las ventanas que den hacia el edificio en llamas
(2) estacionando a personas con extinguidores de fuego en cada una de las ventanas próximas al incendio
(3) estacionando trabajadores en el techo de los edificios adyacentes, con mangueras listas para humedecer el techo, y con extinguidores para apagar las cenizas ardientes que hayan podido volar.

Al proceder a apagar fuegos situados en las cercanías de equipos eléctricos necesarios poner un especial cuidado. El compuesto utilizado para apagar el fuego deberá ser de un tipo que no conduzca la electricidad y ponga en peligro al que maneje el apagador.

Por esta razón se recomiendan solamente los de bióxido de carbono, productos químicos secos, y líquido vaporizado. Cuando éstos no estén disponibles podrá utilizarse una bomba de pedal, siempre y cuando el agua tome la forma de un rociado muy fino, y que la salida del agua se mantenga por lo menos a cuatro pies (1.20 m) del conductor más próximo.

Fuente: Apuntes de la materia de higiene y seguridad industrial /  unideg