ATP catabolismo y anabolismo

Contenido: ATP y catalizadores biológicos. Catalizadores biológicos: enzimas. Cómo actúa una enzima. ATP, Catabolismo y anabolismo: rutas metabólicas. Respiración celular. Catabolismo de carbohidratos. Catabolismo de lípidos. Oxidación de los ácidos grasos. Catabolismo de proteínas. Oxidación de los aminoácidos: ciclo de la urea. Catabolismo de los ácidos nucleicos. Fotosíntesis. Fotosíntesis del carbono. Fotosíntesis del nitrógeno. Quimiosíntesis. Quimiosíntesis del carbono. Quimiosíntesis del nitrógeno. Anabolismo de carbohidratos. Anabolismo de lípidos. Anabolismo de proteínas.

ATP y catalizadores biológicos

El Trifosfato de Adenosina. La fuente principal de energía para los seres vivientes es la glucosa, un azúcar de seis carbonos. La energía química se almacena en la glucosa y en otras moléculas orgánicas que pueden convertirse en glucosa.

Las células usan esta energía para hacer trabajos como jalar (las células musculares), trasmitir impulsos (las células nerviosas), trasportar nutrientes (las células de la raíz vegetal) y sintetizar proteínas y otros compuestos necesarios para la célula.

Cuando las células degradan la glucosa, se libera energía en una serie de pasos controlados por enzimas. La mayor parte de la energía que se libera se almacena en otro compuesto químico: el trifosfato de adenosina o ATP.

Abajo se ilustra la estructura de la molécula compleja de ATP. La adenosina tiene dos partes: adenina (una base que aparece también en el DNA y el RNA) y ribosa (un azúcar de cinco carbonos que también aparece en el RNA). Cada uno de los tres grupos fosfato posee un átomo de fósforo unido a cuatro átomos de oxígeno. Algunos de los átomos de oxígeno están unidos al hidrógeno.

Fíjate en las líneas onduladas entre los grupos fosfato. Estas líneas onduladas representan enlaces de alta energía. La energía almacenada en los compuestos está almacenada en los enlaces.

Cuando una enzima separa el grupo fosfato terminal de una molécula de ATP, se libera una gran cantidad de energía que la célula utiliza. La molécula que queda cuando un ATP pierde un grupo fosfato es el difosfato de adenosina o ADP.

Catalizadores biológicos: enzimas

– Las enzimas, las vitaminas y las hormonas son biomoléculas esenciales para la vida.
– Los organismos sólo necesitan estas sustancias en pequeñísimas cantidades, pero sin ellas quedarían sin control todas las reacciones químicas que tienen lugar en todo ser vivo.
– Los catalizadores biológicos son los reguladores de las reacciones químicas que tienen lugar en todo ser vivo y se clasifican en tres grupos: enzimas, vitaminas y hormonas.
– Las unidades funcionales del metabolismo celular son las enzimas, sustancias que, actuando en secuencias organizadas, catalizan los centenares de reacciones escalonadas mediante las que se degradan las moléculas de los principios nutritivos, aquellas en que se conserva la energía química y se transforma y se sintetizan las macromoléculas de la célula a partir de precursores sencillos.

Desde el punto de vista estructural, hay dos tipos de enzimas: las que son proteínas puras o simples, que son las menos frecuentes, y las llamadas holoenzimas, formadas por un componente de naturaleza proteica o apoenzima y otro no proteico denominado coenzima.

Estos dos componentes, inactivos por sí mismos, unidos por enlaces covalentes forman la enzima activa catalíticamente.

La apoenzima es el soporte de la coenzima. Es termolábil y determina la especificidad de la reacción enzimática. Presenta un centro activo en su molécula que constituye una oquedad formada por un número reducido de aminoácidos.

¿Cómo actúa una enzima?

En toda reacción enzimática intervienen dos elementos: la enzima y el sustrato o sustancia que, catalizada por la enzima, se transforma en otro producto o productos.

– Las enzimas se unen con la molécula del sustrato y forman, transitoriamente, un complejo enzima-sustrato, que se descompone y forma la enzima libre y los productos de la reacción.
– A medida que aumenta la concentración del sustrato, la actividad catalítica de una concentración fija de una determinada enzima aumentará de forma hiperbólica hasta aproximarse a una velocidad máxima característica en la que toda la enzima se halla esencialmente en forma de complejo enzima-sustrato (la enzima se halla saturada con el sustrato).
– Cada enzima posee un pH óptimo, así como una especificidad característica para los sustratos sobre los que actúa.
– El nombre de las enzimas, como ya se vió antes, se forma generalmente con el nombre del sustrato con el sufijo -asa, como, por ejemplo, la lactasa, que desdobla la lactosa; sin embargo, algunas enzimas conservan aún sus nombres antiguos, como la pepsina, la tripsina, etc. Ambos componentes, inactivos por sí mismos, unidos por enlaces covalentes forman la enzima activa catalíticamente.
– La apoenzima viene a ser el soporte de la coenzima, es termolábil y determina la especificidad de la reacción enzimática. Presenta un centro activo en su molécula que constituye una oquedad formada por un número reducido de aminoácidos.
– La coenzima, de bajo peso molecular, es termoestable y la responsable del tipo de reacción enzimática pero no de su especificidad.

Las vitaminas son compuestos orgánicos precursores esenciales de diversas coenzimas. Los vegetales pueden sintetizar estas sustancias, pero, en general, esto no ocurre en los animales, que necesitan su presencia en la dieta para crecer y funcionar de un modo adecuado. Se necesitan en cantidades muy pequeñas, pero son esenciales: la falta o deficiencia vitamínica acarrea serias perturbaciones en los animales y en los humanos que se conocen con el nombre de carencias vitamínicas o avitaminosis.

ATP, Catabolismo y anabolismo: rutas metabólicas

El metabolismo puede definirse como la suma de todas las reacciones químicas que ocurren en un organismo vivo. Este es un tema amplio. El número de las reacciones es asombroso; los diferentes organismos, según su complejidad, se caracterizan por tener de varios cientos a varios miles. Colectivamente, estas reacciones son responsables de mantener la viabilidad del organismo. Aun cuando cada una tiene una importancia individual, el funcionamiento del organismo total se debe a la integración de cada reacción individual en un circuito de reacciones dinámicas de intrincado diseño, gobernado mediante controles y equilibrios reguladores sensibles. En general, puede decirse que el mantenimiento y control de este diseño sustenta el metabolismo normal, mientras que su interrupción contribuye a un metabolismo anormal.

El tema del metabolismo no sólo es masivo, sino también complejo. Sin embargo, debido al uso de radísótopos, al mejoramiento de los métodos de purificación de enzimas y a la dedicación de muchos investigadores en el presente y pasado, ha sido posible dar grandes pasos y despejar muchos de los detalles. El crecimiento del conocimiento ha sido ayudado por la naturaleza del tema mismo, pues a pesar de la inmensa variedad metabólica representada por todas las formas vivientes hay un aspecto muy definido de unidad metabólica. Esto no debería sorprender ya que hemos hecho hincapié en capítulos anteriores en que todas las células contienen las mismas clases de biomoléculas: proteínas, ácidos nucleicos, lípidos y carbohidratos. En este punto podemos decir, en términos generales, que el metabolismo de todas las clases de biomoléculas es, en principio, básicamente el mismo de un organismo a otro. De hecho, el metabolismo de muchas sustañcias es idéntico en todos los organismos.

Es ya una costumbre dividir el metabolismo en catabolísmo y anabolismo. Catabolismo (del griego cata, que significa «hacia abajo») se refiere a las secuencias de reacciones degradativas; anabolismo (del griego ana, que significa «hacia arriba») se refiere a las secuencias de reacciones de síntesis. La diferencia de degradación en relación con la síntesis no es la única manera como pueden distinguirse las reacciones que ocurren en una célula viva. Abajo aparecen comparaciones adicionales que expresan si las reacciones implican oxidación o reducción, la energía de la secuencia de reacciones, la naturaleza de los compuestos iniciales y los productos finales.

1. A nivel de oxidación y reducción.

Cada etapa de una vía catabólica no implica la oxidación de un metabolito intermediario; a su vez cada etapa de una via anabólica no implica la reducción de un intermediario. Sin embargo, en las reacciones que se caracterizan por óxido-reducción son participantes comunes los nicotinamida adenindinucleótidos como coenzimas. Más específicamente, el catabolismo emplea las formas oxidadas (NAD+ y NADP+ y produce las formas reducidas (NADH y NADPH), mientras que el anabolismo requiere las formas reducidas y produce las oxidadas. La única variación en este patrón es que las reacciones anabólicas utilizan fundamentalmente NADPH, produciendo NADP+. Además, la participación general de los nicotinamida adenindinucleótidos en ambos procesos es un denominador distintivo. (Algunas etapas oxidativas del catabolismo utilizan FAD, otra coenzima susceptible de ser reducida a FADH2.

2. A nivel energético.

El catabolismo es exergónico (produce energia) con un requerimiento neto de ADP y una producción neta de ATP. El ATP sirve luego como fuente de energia para las reacciones endergónicas (que requieren energia) del anabolismo, y se produce ADP (y AMP).

3. Anivel de los compuestos iniciales, los productos finales y los metabolitos intermediarios. Los productos finales y los metabolitos intermediarios que se generan en el catabolismo sirven generalmente como compuestos iniciales en el anabolismo. Lo inverso es también cierto.

Por tanto, podemos concluir que catabolismo y anabolismo son procesos complementarios integrados. Como lo resume el esquema siguiente, estas relaciones dan un nivel óptimo de eficiencia metabólica en los organismos Esquema de las relaciones complementarias que aportan una red integrada de catabolismo y anabolismo. Se considera la fuente nutritiva de carbono por ser el principal bioelemento de las biomoléculas orgánicas. En las células fotosintetizadoras y algunas bacterias la forma es CO2 . En todos los casos (donde se aplica este diagrama) se requiere una forma carbonada orgánica reducida, como los carbohidratos.

Cuando prosigamos, se desarrollará el papel central del ciclo del ácido cítrico y la participación del O2 en la reoxidación del NADH asociado con la producción de ATP.

Los organismos que requieren O2 para este fin se llaman aeróbicos. Esto incluye todos los animales superiores, la mayoria de los microorganismos y las células vegetales no fotosintetizadoras.

Respiración celular

Tanto en los animales como en los vegetales, el catabolismo representa la respiración celular, es decir la oxidación de los nutrientes con liberación de energía, dando como productos finales anhídrido carbónico y agua. Parte de la energía se conserva en forma de ATP (trifosfato de adenosina) y parte en forma de átomos de hidrógeno ricos en energía, transponados por el NADPH, forma reducida de la coenzima fosfato del dinucleótido de adenina de nicotinamida. La energía almacenada en forma de ATP es utilizada por los organismos para desarrollar sus funciones vitales para la producción de calor.

Según la naturaleza del agente oxidante (aceptor de electrones), se distinguen tres tipos de respiración:

– Respiración aerobia. El aceptor de electrones es el oxígeno: por tanto, es necesaria la presencia de este elemento para esta modalidad de respiración, la más frecuente en la naturaleza y la que libera mayor cantidad de energía, dando como productos finales CO, y H2O.
– Respiración anaerobia. El aceptor de electrones es un compuesto inorgánico distinto del oxígeno, como ocurre en ciertas bacterias que pueden respirar en ausencia de aire.
– Fermentación. El aceptor de electrones es un compuesto orgánico; por tanto, tampoco es necesario la presencia del aire.

La glucólisis es una ruta central del catabolismo de la glucosa en la mayor parte de los organismos v consiste en la degradación de la molécula de glucosa para dar dos moléculas de piruvato (de tres átomos de carbono) y energía libre que se conserva en forma de ATP.

Las diez reacciones enzimáticas escalonadas que ocurren se producen sin oxígeno. En condiciones anaerobias, el piruvato se reduce a lactato o, en la fermentación alcohólica, en etanol y CO2. En condiciones aerobias (respiración), el piruvato se oxida a acetil-CoA y CO2.

La auténtica respiración celular tiene lugar en tres fases: movilización del acetilcoenzima A procedente de la glucosa, de los ácidos grasos v de algunos aminoácidos: ciclo del ácido cítrico o ciclo de Krebs; transporte electrónico y fosforilación oxidativa. Cada par de átomos de H que se incorporan a la cadena de transporte electrónico en forma de NADH origina tres moléculas de ATP.

– El acetil-CoA se forma por oxidación a partir del piruvato.
– El ciclo del ácido cítrico o ciclo de Krebs se inicia con la formación de ácido cítrico al reaccionar el acetil-CoA con una molécula de ácido oxalacético (liberándose la CoA), y tiene lugar en las mitocondrias. La cadena de reacciones en la que unos ácidos orgánicos se van transformando en otros se cierra con la regeneración de ácido oxalacético, que puede combinarse después con acetil- CoA, con lo que se inicia un nuevo ciclo. Pero por cada molécula de piruvato que entra en el ciclo se desprenden dos moléculas de CO2, 8H* y se libera energía en forma de ATP.
– El transporte electrónico y la fosforilación oxidativa constituyen los acontecimientos culminantes de la respiración celular. La cadena de transporte electrónico está formada por enzimas oxidorreductoras que van recogiendo los electrones liberados en las dos fases anteriores de la respiración y los van pasando de una a otra enzima hasta incorporarlos al oxígeno, que de este modo forma agua con los hidrogeniones expulsados por la mitocondria que respira. La fosforilación oxidativa, estrechamente relacionada con el transporte electrónico, es la incorporación de ácido fosfórico a una molécula de ADP para formar ATP.

Ambos procesos ocurren en la membrana interna de las mitocondrias (orgánulos de las células).

Catabolismo de carbohidratos

En el metabolismo de los carbohidratos existen, pues, tres fases en las que se produce energía: glucólisis, ciclo del ácido cítrico y fosforilación oxidativa. Las tres fases están coordinadas entre sí de modo que funcionan conjuntamente de manera económica y autorregulada para producir ATP (producto final del catabolismo productor de energía) y los intermediarios específicos (piruvato, citrato, etc.) que se necesitan como precursores en la biosíntesis de otros componentes celulares.

Catabolismo de lípidos

Las grasas atraviesan la membrana celular bajo la forma de glicerina y ácidos grasos.

La glicerina sólo contribuye con un 5% del total de la energía biológicamente disponible a partir de las grasas, transformándose fácilmente en 3-fosfogliceraldehído, que se incorpora a la ruta metabólica de los glúcídos. Los ácidos grasos representan el 95% de dicha energía, sufriendo una oxidación junto con la de los carbohidratos: el ciclo de Krebs.

Oxidación de los ácidos grasos

Los ácidos grasos se activan y se oxidan en las mitocondrias, donde penetran mediante un proceso de transporte. La activación corre a cargo de la CoA, que se une al grupo carboxilo del ácido graso. A continuación se producen dos reacciones de deshidrogenación que dan lugar a la formación de un compuesto cetónico. La fijación de una nueva molécula de CoA a dicho compuesto provoca la escisión en acetil-CoA y un ácido graso activado con dos carbonos menos que el inicial, el cual repite el mismo proceso sucesivas veces liberando en cada una de ellas una molécula de acetil-CoA que se incorpora al ciclo del ácido cítrico. Los hidrogeniones desprendidos son recogidos por la cadena de transporte electrónico para activar el oxígeno y formar agua. Acoplada al flujo de electrones se halla la fosforilación oxidativa del ADP a ATP, de modo que la energía liberada en ambas fases de la oxidación del ácido graso se conserva en forma de ATP.

Catabolismo de proteínas

Los prótidos llegan a la célula al estado de aminoácidos, cuyo papel primordial consiste en actuar como sillares para la biosíntesis de las proteínas; pero, en determinadas circunstancias (ingestión de un exceso de proteínas, ayuno prolongado, diabetes, etc.), pueden experimentar degradación oxidativa para producir energía metabólica. En este proceso, los aminoácidos pierden su grupo amino y los cetoácidos que se forman experimentan la oxidación a CO2 y H2O (con liberación de ATP), parcialmente por la ruta metabólica del ciclo de Krebs.

Oxidación de los aminoácidos: ciclo de la urea

La desaminación consiste en la liberación del radical -NH2 de los aminoácidos, que de este modo quedan transformados en cetoácidos. El proceso tiene lugar en el hígado, dando como producto de desecho amoníaco que, al igual que el dióxido de carbono, es tóxico para el organismo y, por tanto, tiene que ser eliminado. Así como en los animales acuáticos esta eliminación es directa, en otros animales tiene que pasar por la formación de urea (mamíferos y anfibios) o de ácido úrico (reptiles, aves, insectos, etc.).

De forma esquemática, el ciclo de la urea consiste en que el CO2 y el NH3 que van a parar a la sangre forman, con el agua, carbonato amónico, el cual en el hígado es descompuesto en urea (que se elimina por la orina) y agua. Este es el sistema de excreción del nitrógeno amínico de los animales llamados ureotélicos. Los uricotélicos excretan el nitrógeno amínico en forma semisólida como ácido úrico, que es un derivado de la purina. La formación de la urea, producto no tóxico, y del ácido úrico tienen un coste elevado en ATP.

Catabolismo de los ácidos nucleicos

La digestión de los ácidos nucleicos origina nucleótidos y después pentosas, grupos fosfato y bases nitrogenadas.

– Las pentosas siguen las rutas catabólicas de los carbohidratos o bien intervienen en la biosíntesis de nuevos nucleótidos.
– Los grupos fosfato no experimentan transformación alguna; pueden ser excretados en la orina, o bien pueden ser utilizados en procesos de fosforilación (síntesis de ATP) y en la síntesis de mononucleótidos.
– Las bases nitrogenadas son catabolizadas a ácido úrico (bases púricas) o a amoníaco y urea (bases pirimídicas).

Fotosíntesis

Mediante la fotosíntesis, los organismos con clorofila convierten la energía solar en energía química y sintetizan materia orgánica a partir del carbono inorgánico del anhídrido carbónico (CO2), del nitrógeno inorgánico en forma de nitrato (NO3-), y del hidrógeno (H) y el oxígeno (0) del agua. El anabolismo del H y el O acompaña al del carbono.

Fotosíntesis del carbono

Es un proceso fotoquímico mediante el cual las plantas verdes, a partir del anhídrido carbónico y del agua, con auxilio de la energía luminosa del Sol, obtienen azúcares y otros materiales orgánicos con desprendimiento de oxígeno a la atmósfera. Comprende dos fases.

– Fase luminosa. También recibe el nombre de fotofosforilación y consiste en la captación, por parte de la clorofila, carotinoides o ficobiliproteínas (pigmentos de ciertas algas), de la energía luminosa para ser transformada en energía química en forma de ATP.

Al término de la fase luminosa, en el organismo se han obtenido dos compuestos químicos: el aceptor de electrones —de gran poder reductor— NADP+ (nicotinamida adenindinucleótido fosfato) y el ATP, rico en energía.

Es imprescindible, para el desarrollo de esta fase, una fuente externa de electrones, que procede de la fotolisis del agua, en las plantas verdes, o de otros compuestos capaces de sufrir la fotolisis, como el ácido sulfhídrico en las bacterias fotosintetizadoras, para reponer a la clorofila los electrones que va perdiendo.

– Fase oscura. Así como la fase luminosa va asociada a las membranas tilacoidales de los cloroplastos, la fase oscura ocurre en el estroma y no precisa ni luz ni clorofila, sino que utiliza la energía química del ATP y el poder reductor del NADP+ para fijar el CO2 atmosférico, que se integra a moléculas orgánicas formando un círculo cerrado de-nominado ciclo de Calvin en honor a su descubridor.

Fotosíntesis del nitrógeno

El nitrógeno inorgánico absorbido por las raíces en forma de nitratos sigue un proceso fotoquímico semejante, en la fase luminosa, seguido por el carbono. En la fase oscura, los nitratos son reducidos por el NADP+ a nitritos y éstos a amoníaco (NH3), que se incorpora rápidamente a los aminoácidos.

Quimiosíntesis

La síntesis orgánica mediante energía procedente de reacciones químicas exotérmicas del exterior sólo pueden llevarla a término ciertas bacterias.

Quimiosíntesis del carbono

La energía para la fijación del CO2 se obtiene bien por oxidación del NH3 en ácido nítrico (nitrobacterias), por oxidación de carbonatos y sulfatos de hierro en hidróxidos (ferrobacterias), o bien por oxidación del ácido sulfidrico (H2S) en ácido sulfúrico (sulfobacterias incoloras).

Quimiosíntesis del nitrógeno

El nitrógeno del aire sólo puede ser captado y transformado en materia orgánica por algunos tipos de bacterias (las plantas sólo pueden absorberlo bajo forma de nitratos del suelo), en particular de los géneros Clostridium, Azotobacter y Rhizobium, que viven en el suelo, y estas últimas en simbiosis con las raíces de las plantas leguminosas. Para obtener energía, todas estas bacterias metabolizan los glúcidos que existen en la materia orgánica del suelo, o en las células de las raíces de las leguminosas.

Fotorrespiración

Las células vegetales, al igual que las animales, efectúan las reacciones de respiración celular, principalmente en las mitocondrias, utilizando sustratos como la glucosa y produciendo CO2 y ATP. En presencia de luz intensa, muchas plantas utilizan además O2 y producen CO2 a través de un proceso diferente llamado fotorrespiración, cuya función biológica es todavía un misterio ya que es un proceso de degradación inútil en el que los compuestos orgánicos se convierten en CO2 sin que haya producción de ATP o NADP+. Así, la energía lumínica, en tal caso, no produce una fijación eficiente del CO2.

Anabolismo de carbohidratos

Los monosacáridos procedentes de la digestión, principalmente glucosa, son llevados por la sangre a todas las células del organismo, donde se emplean como combustible para la respiración celular y para la síntesis de otras moléculas (ribosa, desoxirribosa, aminoácidos, etc.). Conforme la sangre pasa a través del hígado, se almacena en él bajo forma de glucógeno (glucogénesis), el cual se vuelve a convertir en glucosa (glucogenólisis) que es vertida a la sangre a medida que es demandada por las células. Esta función del hígado recibe el nombre de función glucogénica-glucémica, que está controlada por la hormona insulina.

En los vegetales, los monosacáridos sintetizados de manera autótrofa se almacenan en forma de almidón. A veces, el anabolismo heterótrofo de los carbohidratos parte de moléculas orgánicas más sencillas que los monosacáridos, concretamente a partir del ácido pirúvico, la glicerina, diversos aminoácidos y todos los catabolitos del ciclo de Krebs. El proceso recibe el nombre de gluconeogénesis.

Anabolismo de lípidos

La biosíntesis de los lípidos puede realizarse de dos maneras:

– A partir de los alimentos. Los ácidos grasos y glicerina procedentes de la digestión de los lípidos de los alimentos son absorbidos por el intestino y rápidamente convertidos en nuevas moléculas de lípidos, que son distribuidos vía linfática a los diversos tejidos, especialmente los tejidos adiposos. Pero una pequeña parte de estos lípidos es almacenada en el hígado. Esta vía no es posible en los vegetales, que no pueden absorber grasas en su nutrición.

– A partir de carbohidratos. El anabolismo de lípidos requiere la síntesis de glicerina y ácidos grasos. La glicerina se sintetiza a partir de moléculas de glucosa, en una serie de reacciones en parte comunes a las de la glucólisis.

Los ácidos grasos se forman a partir del ácido pirúvico, que se une a la coenzima A para formar acetil coenzima A; por un proceso inverso al catabolismo de los lípidos, el acétil coenzima A forma ácidos grasos.

Anabolismo de proteínas

Las plantas superiores pueden sintetizar los veintidós aminoácidos que se pueden encontrar en las proteínas, pero no ocurre así con los animales y los humanos; por ejemplo, ocho de ellos no pueden ser sintetizados por el cuerpo humano, por lo que reciben el nombre de aminoácidos esenciales en la dieta, (por ejemplo el Amaranto tiene dos de estos ocho, Lisina y Metionina)

La síntesis de proteínas a partir de los aminoácidos pasa por la formación de cadenas de péptidos y constituye un proceso metabólico de vital importancia en el que intervienen los ácidos nucleicos. Los ribosomas son las máquinas moleculares que fabrican las cadenas polipeptídicas. El eje del proceso es el siguiente: el ADN, mediante el código genético, transmite al ARN el mensaje con el que este último ordenará a los aminoácidos para construir las moléculas proteicas, de tal manera que éstas resultan específicas para cada especie. Las distintas etapas de este complejo proceso se pueden resumir en cinco fases que se explican a continuación:

– Activación de los aminoácidos. Esta etapa tiene lugar en el citosol (fase acuosa continua del citoplasma) y en ella cada aminoácido se une covalentemente a un ARNt específico a expensas de la energía del ATP.

– Iniciación de la cadena polipeptídica. A continuación, el ARNm portador del código que especifica al polipéptido que se va a sintetizar se enlaza a la subunidad menor del ribosoma, y seguidamente lo hace el aminoácido iniciador unido a su ARNt, para formar el llamado complejo de iniciación. El ARNt del aminoácido iniciador se aparea con un “codón” (triplete nucleotídico) específico presente en el ARNm, que señala el comienzo de la cadena polipeptídica.

– Prolongación. Seguidamente se prolonga la cadena polipeptídica por unión covalente de sucesivos restos de aminoácido, cada uno de los cuales es transportado al ribosoma y colocado en posición adecuada por su correspondiente ARNt, el cual aparea sus bases respondiendo a un codón específico del ARNm.

– Terminación y liberación. Después de la terminación de la cadena polipeptídica, señalizada por un codón de terminación en el ARNm, se produce su liberación del ribosoma.

– Plegamiento y transformación. La forma biológicamente activa del polipéptido se consigue tras un plegamiento que le permite adoptar la conformación tridimensional adecuada.

Fuente: Apuntes de la materia de bioquímica general / unideg